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Editorial

El Diario NY, en un artículo firmado por Fernando Martinez el 17 de agosto, informa que una iglesia católica en Nueva York exige tomar como un “problema nacional” oleada de inmigrantes que siguen llegando de Texas.

Allí leemos también que, en mayo y junio, se confirmaron de 5 a 10 llegadas de autobuses por semana; en la semana del 11 de julio hubo más de 25 y desde el 18 de julio en adelante, más de 200 personas llegaron por semana de acuerdo a los registros.

El desafío más inmediato es que estas personas que vienen de cruzar la frontera sur, puedan tener acceso a representación legal que les permita hacer seguimiento a sus casos.

“En este camino, por falta de orientación o desesperación, puede ser que sean presa fácil de estafadores. Hay que alertarlos. Ya vienen de una cadena de hechos terribles. Vienen caminando por meses. Pasaron una selva como la del Darién, como es el caso de los que vienen de Suramérica. Han perdido a familiares en la ruta. Algunas mujeres fueron abusadas sexualmente, de manera colectiva, en el camino”, relató Marianna Dueñas, portavoz de Caridad Católica de New York, organización que se ha abocado a la tarea de asistir a los recién llegados a la Gran Manzana: 90% son venezolanos.

La situación es que, desde abril, el gobernador de Texas, Greg Abbott, ha estado enviando solicitantes de asilo recién llegados a ciudades demócratas amigables con los inmigrantes a ciudades como Nueva York y Washington D.C, para tratar de presionar a la administración de Joe Biden para que tome medidas enérgicas en la frontera.

Las autoridades de Nueva York han dicho que alrededor de 4.000 solicitantes de asilo habían llegado a la ciudad en los últimos meses. La mayoría de los autobuses de Texas y de Arizona.

Hasta el miércoles 10, el sistema de albergues de la ciudad de Nueva York tenía un censo total de 50.286 personas. Eso es alrededor de 10% más que la población promedio de albergues a largo plazo este año fiscal.  Y la situación está lejos de ser solucionada por la posición asumida por los gobernadores de los estados fronterizos.

El mandatario texano Greg Abbott, en un comunicado indicó que estas ciudades santuario son el destino ideal para estos migrantes: “Espero que cumplan su promesa de dar la bienvenida a todos los migrantes con los brazos abiertos, para que nuestras ciudades fronterizas invadidas y abrumadas puedan encontrar alivio”.

No olvidemos que como candidato a la reelección Abbot está proponiendo la declaración de “invasión” ante la llegada de inmigrantes, en base a que la Constitución de EE.UU. da una base legal a los estados para invocar los poderes de guerra. 

Mientras tanto, nuevamente los inmigrantes están al servicio del juego político en un tiempo de severas contradicciones, y miles de seres humanos están sufriendo las consecuencias.

Editorial

El Diario NY, in an article signed by Fernando Martinez on August 17, reports that a catholic church in New York demands that the wave of immigrants who continue to arrive from Texas be taken as a “national problem.”

We also read that in May and June, 5 to 10 bus arrivals per week were confirmed; in the week of July 11 there were more than 25 and from July 18 onwards, more than 200 people arrived per week according to the records.

The most immediate challenge is that these people who come from crossing the southern border can have access to legal representation that allows them to follow up on their cases.

“On this path, due to lack of guidance or desperation, they may be easy prey for scammers. You have to alert them. They already come from a chain of terrible events. They come walking for months. They passed through a jungle like the Darién, as is the case with those who come from South America. They have lost family members along the way. Some women were sexually abused, collectively, along the way,” said Marianna Dueñas, spokesperson for Catholic Charities of New York, an organization dedicated to assisting newcomers to the Big Apple: 90% are Venezuelans.

The thing is, since April, Texas Governor Greg Abbott has been sending newly arrived asylum seekers to immigrant-friendly Democrat cities like New York and Washington DC, to try to pressure the Joe Biden administration to crack down on the border.

New York authorities have said that around 4,000 asylum seekers had arrived in the city in recent months. Most Texas and Arizona buses.

As of Wednesday, the 10th, the New York City shelter system had a total census of 50,286 people. That’s about 10% more than the average long-term shelter population this fiscal year. And the situation is far from being solved by the position taken by the governors of the border states.

The Texan president Greg Abbott, in a statement, indicated that these sanctuary cities are the ideal destination for these migrants: “I hope they keep their promise to welcome all migrants with open arms, so that our border towns overrun and overwhelmed can find relief.

Let’s not forget that as a candidate for re-election, Abbott is proposing the declaration of “invasion” before the arrival of immigrants, on the basis that the U.S. Constitution gives a legal basis to the states to invoke the powers of war.

Meanwhile, immigrants are again at the service of the political game in a time of severe contradictions, and thousands of human beings are suffering the consequences.